Una mirada a la violencia Familiar desde nuestra visión.
- CIFAC CHIHUAHUA
- Jan 24, 2018
- 4 min read

La historia de las niñas, los niños, los adolescentes y sus familias se teje, ciertamente en el cumulo de contextos e interacciones que suceden, esta se escribe por momentos.
El desarrollo de cada persona implica gran parte de lo que le sucede en lo colectivo, las instituciones incluyendo el núcleo familiar, tienen la intencion de facilitar el sano desarrollo, promovería el reconocimiento de las habilidades individuales para así cada persona las haga manifiestas en cada circulo social, como retribución y suma al bien común.
Matices culturales, la vida cotidiana y el concepto del deber ser se tejen en la interpretación de los valores generalmente estandarizados como universales tales como el respeto, la libertad, la bondad, la justicia, la igualdad, el amor, la responsabilidad, la honradez, la solidaridad, la verdad, la valentía, la amistad, el honor y la paz, que a su vez se contrastan a condiciones limitantes en el desarrollo humano como la falta de oportunidades, el acceso a la educación y la salud, servicios básicos como la luz, el agua y drenaje.
Contextualmente desde hace muchos años la Ciudad de Chihuahua ha estado en el ojo del huracán. La creciente violencia a todos niveles, fruto de un cúmulo de condiciones que se han tejido desde lo económico, lo político y lo social; aspectos que entrelazan paradójicamente, generando nuevas dinámicas de convivencia en circulo en el que interactuamos.
Ante este panorama las primeras preguntas que nos hacemos es ¿dónde empiezan los círculos de la violencia? ¿Hacia donde debemos voltear si hay afectados o iniciadores de la misma? Son las instituciones como la escuela, los empresarios, el gobierno, son los padres o las madres, irónicamente no podemos voltear a un punto fijo, es aquí donde entra esa complejidad de la que hablamos, en conclusión no hay una sola institución que no esté desvinculada, incluyendo aquellas enfocadas a las actividades ilegales, todas participan en un todo en el que la interacción lleva beneficios y prejuicios.
Se han diseñado desde muchas canchas diferentes formas que faciliten la intervención en materia de violencia, sin embargo hoy en día tenemos un aumento de más del 400% solo en el tema de violencia familiar en el Municipio de Chihuahua.
En el Centro de Inteligencia Familiar creemos que la dinámica familiar nos da una interesante radiografía de cómo funcionan nuestras instituciones, además puede explicar y predecir muchas otras dimensiones de cómo será cada ciudadano.
Un ejemplo es lo que sucede en el tema de la violencia social y el aumento en la comisión de delitos, la mayor participación de infantes a más temprana edad, así como incremento en el consumo de drogas legales e ilegales de hasta un 400% de niños a veces desde los nueve años, esto por solo mencionar algunas condiciones o hechos en lo social.
Lo anterior no tiene que ver nada más con el diseño e implementación de programas enfocados en el ámbito escolar, en los centros comunitarios, además se debe de considerar la complejidad de lo que sucede en cada casa, muchos elementos del desarrollo suceden dentro de los hogares, el buen funcionamiento dentro de un colectivo o grupo, la adaptabilidad, la resiliencia, el autocontrol, el respeto a las reglas, así como el reconocimiento de los recursos personales e inteligencias suceden aquí.
Por tal motivo decidimos edificar esta trinchera, enfocarnos en el fenómeno de la violencia y buscar como soporte el desarrollo de la familia, como ente transformador de comunidades y formador permanente de los individuos, potenciar su capacidades para la crianza, generando círculos que les permitan contener a cada uno de sus integrantes y dar soporte, que puedan satisfacer sus necesidades emocionales y fisiológicas, además que pueda construirse a base de procesos de empatía y búsqueda del bien común.
Vemos a la familia y su diversidad de vínculos como un protagonista y motor de cambio, desde esta visión nuestra organización se suma al esfuerzo de otros actores en la disminución de la violencia de todos los niveles, surge creando procesos creativos para el desarrollo de habilidades psicosociales, integrando y refrescando permanentemente métodos y formas para conocer más los sistemas de convivencia dentro de casa, el soporte que los hogares le ofrecen a cada individuo en la construcción de sus expectativas, posibilita el acceso a información seria y científica, traducida de manera práctica pero con el soporte de expertos y profesionales, que bajo cualquier circunstancia o estructura familiar generen en sí misma una eficiente red de apoyo.
La violencia con sus múltiples manifestaciones, se ha permeado y naturalizado en las instituciones, en su cotidianeidad, prevalecen los intereses personales sobre el bien común, como comida rápida se pretenden resolver los problemas, debe de costar poco y a costa de lo que sea, queremos cumplir a la brevedad con el estándar, la conductas para la competitividad son las herramientas primordiales que nuestros hijos deben adquirir, en el corto plazo, superando sus capacidades. O por otra parte criar ciudadanía dentro de familia pasa a un segundo plano, olvidada queda aquella idea de lo humano como un ser bio-psico- social.
MSC. HUGO SÁENZ
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